Hay momentos en la vida donde puedes tener preocupaciones más profundas y elevadas que las de la cotidiana rutina del trabajo. El coaching existencial te puede ayudar a construir el sentido de tu vida, revisar o reelaborar el significado que le has dado a eventos pasados relevantes, descubrir en ellos los aprendizajes que quieres incorporar en tu ser para transformarte en una mejor persona y generar aquellas vivencias futuras que quieres que formen parte de tu historia personal de ahora en adelante, con el sentido que tú le quieras dar. Más que ahondar en el “¿Por qué?”, pregunta que nos ata al pasado, nos centramos en la pregunta “¿Para qué?”, que nos proyecta al futuro.

Cada persona es un mundo, porque cada persona es única. No ofrezco recetas mágicas, porque no las hay. Me centro en el individuo. El coaching existencial tiene como propósito ayudarte a conocerte mejor, descubrir el origen de tus actitudes y de los diferentes patrones de vida y ser capaz de generar el cambio necesario para estar mejor en las relaciones contigo mismo y con los demás.

Escucho los tres dominios del ser: el cuerpo, el lenguaje y las emociones.

La propia familia es la empresa más importante que debe atender un ser humano, pero en el día a día, llevados por mil responsabilidades laborales y personales, no podemos brindarle la atención que desearíamos y que se merece.

Considero que lo más importante en una familia es el amor que vincula a sus miembros. Ahora bien, el amor es insuficiente para construir la relación familiar. Más bien es al revés: es la relación y el modo de interactuar lo que construye el amor. Por tanto, el coaching familiar que ofrezco está enfocado a generar espacios de escucha y comunicación afectiva con el objetivo de fortalecer el vínculo familiar y mejorar las relaciones, y construir así el amor que se desea vivir en la familia.

Trabajo tanto con parejas (en particular y/o grupalmente) como con familias enteras (con una familia en particular o con talleres grupales en los que se juntan varias familias).

Doy especial interés a la adolescencia. En una etapa de la vida donde generalmente sufre la comunicación entre padres e hijos, ayudo a crear momentos en los que, en un clima sereno y protegido por la confianza y la comprensión, se producen conversaciones y dinámicas con alta capacidad de vincular afectivamente a padres e hijos, momentos de verdadero encuentro.